Print

Ella buscaba a su príncipe azul en un chat. Él le dijo no busques más y te daré mi trono. Y le envió un emoticono con forma de corazón y otro de corona y a los pocos días quedaron una tarde en la Plaza del Callao para verse en persona. Acordaron que él llevaría un libro de Stephen King y ella un paraguas verde. Llovía mansamente era mitad de abril. Mándame un WhatsApp si acaso te retrasas o te pierdes Hola, ¿qué tal?, no serás la princesa por casualidad. Ella se dio la vuelta y cuando se miraron las gotas de la lluvia se pararon. Te invito a tomar algo a mi Songtextepalacio más cercano, le dijo él, con un libro de Misery en la mano. El palacio se llamaba Café y Té. Ella dejando el bolso se reía cuando él muy seriamente le decía: los camareros van de camuflaje que no se entere nadie de que ellos son algunos de mis pajes. Por cosas del destino el primer beso fue entre capuccinos. Cuando salieron del brazo a la calle otra vez había dejado ya de llover y caminaron hacia Sol: Nos hacéis una foto, por favor, le pidieron a un grupo de guiris. Dio las seis el reloj y salieron los dos sonriendo bajo el arco iris. Justo antes del adiós, temblándole la voz él le dijo al oído: Perdóname, No soy ningún principe, tampoco un rey. No tengo posesiones. Sólo soy un parado más de los que hay por aquí a montones. Y no tengo ni fortuna ni un palacio que habitar como seguramente estás pensando Entonces, dijo ella, no digas nada más que creo que me estoy enamorando. Y volvieron a quedar una vez y otra vez más. Los días dieron paso a las semanas, las semanas a los meses los meses a los años y hubo boda con tarta y con vals. Antes de convertirse en papás y después en abuelos y llevar a los nietos a comprar caramelos. Cuando llega la hora de dormir el mismo cuento les suelen pedir. Los clásicos de siempre no les interesan. Únicamente desean oír el cuento del parado y la princesa (x2). (Gracias a Thoronaug por esta letra) Aus Songtexte Mania